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"Conclusión destinada" (因縁決着, Innen kecchaku) es el capítulo número 92 de The Lost Canvas, ubicado en el Volumen 11 de la obra, puesto a la venta el 7 de noviembre de 2008.

Sinopsis[]

Hakurei irrumpe por su cuenta para cancelar la última barrera protectora del Castillo de Hades. Al llegar al salón central, se encuentra con Hypnos y con unos maltrechos Shion Y Yuzuriha. La batalla decisiva contra el dios del Sueño prosigue y Hakurei se encuentra listo para contraatacar.

¡La tenacidad de la anterior Guerra Santa, el momento de la revelación es ahora! ¡El deseo de… lo Guerreros!

El cosmos de Hakurei se ha elevado por todo lo alto, el poder que rodea su cuerpo es gigantesco, esa es la tenacidad de los humanos, su voluntad guiada por sus antiguos camaradas que vienen a ayudarlo en su última misión… Hypnos no ha dicho ninguna palabra, pero se ha quedado quieto, esperando el ataque del anciano. Ambos pupilos se han quedado algunos metros detrás observando con atención el desenlace, no quieren interrumpir a su maestro, pero al mismo tiempo, las expresiones en sus caras demuestran lo preocupados que están, como si quisieran correr a su lado para protegerlo… Hakurei los detiene con una orden y les pide que observen bien porque ofrecerá su vida para alcanzar esa técnica final. Porque ese es, el deber que continúo llevando sobre sus hombros por más de doscientos años.

La energía acumulada ha abierto un portal encima de él y de allí, han comenzado a salir numerosos rayos de luz, almas provenientes del poder del Sekishiki. Las almas ha tomado forma humana y todos sus compañeros muertos hace más de doscientos años han aparecido en el campo de batalla frente a él. Inclusive el alma de su hermano Sage, joven y vistiendo su armadura dorada de Cáncer, ha aparecido. ¡Todos están muertos pero el maestro ha logrado reunir los cosmos de las ardientes almas de sus camaradas de la anterior Guerra Santa!

Rodeados por la gran cantidad de combatientes reunidos, Shion y Yuzuriha han abierto grandes las bocas por el asombro. Se sienten perdidos, jamás se hubieran imaginando ver algo así, los han reconocido como los antiguos caballeros, compañeros de su maestro, pero no saben que como es que ese milagro se ha producido… ¡A menos que todo eso haya sido posible gracias al Sekishiki…! De la abertura, a unos metros en el aire, han continuado saliendo más y más almas, y ¡el ejército de Athena de la anterior Guerra Santa por fin se ha completado! Hypnos se ha mostrado indiferente ante semejante espectáculo y le indica al anciano que no debería ser tan ingenuo, que ni él ni ese montón de cadáveres incompetentes podrán derrotarlo. Ha sido suficiente, el dios ha terminado por ponerse de mal humor y ha levantado uno de sus brazos de manera amenazadora y ha terminado por gritarles a todos que ¡si desean que los conduzca de vuelta al mundo de los muertos sólo tendrán que pedírselo!

Todos los guerreros han retomado sus antiguas formas llevando encima las armaduras que vistieron en aquella época, todos bañados por una esplendida luz. Hakurei al frente de todos, le ha contestado al dios que está equivocado, ¡No podrá ganarles así de sencillo porque lo que está viendo es: La tenacidad de los humanos de hace más de doscientos años! Como si las palabras de su viejo amigo los hubieran motivado, cada una de las almas se ha juntado en el techo del salón formando una enorme esfera de energía, pura, una bola aún más grande que el meteorito que fabricó Hypnos momentos antes. Los guerreros se han fusionado, uniendo sus fuerzas y sus espíritus para ayudar a su compañero a derrotar al dios del Sueño de una vez por todas. Toda ha salido como estaba planeado, Hakurei ha terminado con los preparativos previos y se encuentra listo para lanzar su última técnica: ¡Sekishiki Tenryouha!

La enorme bola de energía se ha abalanzado contra Hypnos quien la ha esperado con gran seriedad. Elevando sus brazos hacia el aire la ha detenido para evitar que lo aplaste. La sonrisa le ha regresado al rostro, nunca dudo de sí mismo pero tampoco pensaba que sería tan fácil… tal como lo imaginó, ese es el pobre nivel que alcanzan los guerreros de la anterior Guerra Santa y por eso, ¡será muy fácil disolverlos a la nada! Por su lado, un incrédulo Hakurei, mantiene sus brazos hacia adelante tratando que la energía acumulada continúe avanzando, pero es inútil. El poder reunido es insuficiente contra un dios como él, pero si con ese poder todavía no es posible… entonces… ¡su propia alma se volverá uno con ellos! El cuerpo del maestro ha caído hacia atrás con un ruido seco, inconsciente. Su alma ha abandonado su cuerpo tomando el aspecto de cómo era hace más de doscientos años, un joven aguerrido portando encima la armadura de plata del Altar. El muchacho ha saltado con todas sus fuerzas y se ha perdido al interior de la enorme esfera junto a todos sus compañeros que lo esperaban. Atónito, Hypnos lo ha visto si poder dar crédito a sus ojos, el humano ha abandonado su propio cuerpo para incrementar el poder de su Sekishiki… ¡…! La inmensa esfera ha terminado por aplastarlo. Dentro de toda la energía acumulada, el joven ha salido, dándole el golpe final. El piso se ha destrozado al igual que parte del salón. La explosión ha terminado, las almas de sus compañeros han comenzado a desaparecer y antes de dejarlos partir, su joven líder les ha dicho, a ellos y a sus dos discípulos, que lo que acaban de ver es: ¡¡La tenacidad de los humanos!!

La victoria al final, la combinación de su propio poder con el de sus compañeros han terminado por derrotar a Hypnos. Parte de su armadura se quebrado, ha perdido y a pesar de eso está de buen humor, sonríe, lo felicita por haberlo conseguido, porque tal como lo imaginó, los humanos son unos estúpidos sin remedio… pero admirables.Ya no queda ni un hilo de luz en el salón, todos han desaparecido. El cuerpo humano de Hypnos ha caído, muerto, mientras dos hilos de luz se han dirigido al cuerpo del inconsciente maestro. Este ha abierto los ojos y se ha puesto de pie con la ayuda de sus pupilos. De la herida de su costado ha sacado una pequeña caja, ¡la urna sagrada de Athena! que la tenía escondida al interior de su cuerpo. Satisfecho, la sujeta entre sus manos, finalmente… Hypnos ha sido sellado. ¡Ambos dioses! Pero… al parecer aún no ha podido reunirse con sus camaradas… Con lágrimas en los ojos, Shion lo ha visto recoger su espada y avanzar. Ahora lo comprende mejor, eso es lo que es su maestro, el deseo de la anterior Guerra Santa… Por lo que su maestro Hakurei vivía… por el gran deseo que cargaba sobre sus hombros y que lo mantenía vivo. En el punto central del salón, Hakurei se ha situado dentro del símbolo que resguarda la última barrera protectora del Castillo, sabe que si la destruye con la espada sagrada de Athena, las tropas por fin, podrán atacar. Con eso desaparecerá la última protección del enemigo y su misión estará cumplida. ¡Por los niños de esa era! ¡¡Ahora es el momento!!

¡Sangre! Ninguno de los presentes ha logrado ver el ataque sorpresa. El cuerpo del maestro ha sido sacudido y quebrado desde el interior, la sangre le ha salido a chorros por la boca y otros lugares de su cuerpo. Sus ojos se tornado blancos por el terror y el guerrero que acababa de celebrar su más grande victoria, acaba de caer muerto frente a los ojos incrédulos de sus dos queridos discípulos. Yuzuriha ha lanzado un grito de angustia mientras que su compañero se ha quedado inmóvil a su lado, petrificado, con los ojos llorosos, y aterrado.

Al fin, el enemigo final se les ha aparecido. Mostrándose frente a ellos les comenta que al parecer, Hypnos no estaba calificado para derrotar a un simple humano, a pesar de que este se murió así de fácil. El cuerpo del maestro yace sin vida, rodeado por un charco de sangre, el recién llegado se ha sentado a su costado con una gran sonrisa, burlándose de los humanos. Al observarlo, Shion ha estallado en furia dispuesto a luchar. Jamás le perdonará lo que acaba de hacer, aunque tenga que dejar su vida para vengar a su maestro. Alone le ha sonreído al verlo en ese estado y le menciona que lo único realmente admirable allí, es la nivel de brillantez de la sangre.

¡¡Los sentimientos de la persona enterrados en la oscuridad, el arribo del despertado Hades!! ¡Alone ya no…!

Personajes[]

Técnicas[]

Fuente[]

Blog de Saint Seiya: The Lost Canvas 92

Imagenes de debuts por orden de aparición[]

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