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"Talento innato" (天性, Tensei) es el capítulo número 120 de The Lost Canvas, ubicado en el Volumen 14 de la obra, puesto a la venta el 8 de junio de 2009.

Sinopsis[]

Los movimientos del joven Regulus de Leo han sido sellados por Violate. Por otro lado, la unidad principal del ejército de Hades ha comenzado el asalto al ejército de Athena quienes estaban en medio de las reparaciones del navío de vela…

¡El sonido de la melancolía resuena en el Santuario…!

Santuario:[]

Ahora, con más de la mitad de sus más poderosos guardianes muertos, el Santuario luce desolado. Sólo Sysiphus ha tenido el coraje de recorrerlo una vez más y tan sólo un sonido ha podido distraerlo como para ir a comprobar de qué se trata. Ha bajado por los doce templos hasta llegar a la causa de esa extraña resonancia. A las afueras del primer templo, y concentrando su vida en las dañadas armaduras frente a él, Shion de Aries se ha despojado de los brazos de su armadura dorada para ofrecerles parte de su sangre a estas y tratar de repararlas con sus herramientas celestes. Este gran gesto no ha pasado desapercibido y Sagitario se sorprende por la gran cantidad de sangre derramada… Desde pequeño, Shion siempre tuvo una conexión bastante especial con las armaduras, sabe que ellas están vivas y que normalmente se pueden reparar por sí mismas pero en algunos casos, necesitan ser reparadas si el daño ha sido mayor. Ellas pelean aunque hayan perdido a sus dueños y continuarán viviendo por sus actuales dueños y por los próximos también, porque si uno les presta la suficiente atención, se puede llegar a escuchar sus voces… Las armaduras actúan como si estuvieran a su entera disposición, y ese es, el talento innato que el maestro Hakurei encontró en Shion cuando era chico. Un joven talentoso… no muy diferente a Regulus… Esos dones no se pueden rechazar, son tesoros que nacen con la persona y estas los van desarrollando mientras crecen. ¡Son talentos que están allí para servir a la justicia!

Curioso por la repentina aparición de Sysiphus, Shion le ha preguntado si el momento de partir ha llegado, a lo que este le ha respondido que ya casi lo están, que Regulus ha sido enviado a Jamir para supervisar las reparaciones del barco de la esperanza y que pronto se les unirán. A pesar de ser tan joven, han pasado cinco años desde que Regulus llegó al Santuario, y desde ese entonces ya experimentaba con el cosmos, como si hubiera nacido para ser un combatiente. Habiéndolo ayudado con su entrenamiento, pudo ver la gran evolución mostrada por él. Ese talento innato para superar todo sin importar las dificultades, que demostró desde muy joven.

Jamir:[]

Un indefenso Regulus ha comenzado a recibir una terrible paliza de parte de una feroz Violate, quien lo ha atacado sin piedad con sendos golpes en la cara y en el cuerpo causándole algunas fracturas. Su cara de ha llenado de sangre y heridas mientras su oponente al verlo, se ha sentido extasiada al verlo impotente. Todos esos golpes y esos huesos rompiéndose son dedicados a su señor Aicos, ese el escenario que se le dio y ahora sólo le queda acabar con ese niño maltrecho, inmóvil e indefenso que ha recibido tal cantidad de golpes que es un milagro que aún pueda mantenerse en pie. El indestructible sello de sombras no se ha movido y la victoria del espectro parece definitiva pero Regulus por fin ha reaccionado y la ha mirado directo a los ojos, con una extraña confianza y una leve sonrisa en la boca. Este gesto provocador no le ha gustado para nada a ella que ha decidido terminarlo de una buena vez, y para ellos ha comenzado a reunir su cosmos para atravesarlo junto a esa sucia armadura dorada.

El ataque ha salido como una embestida, el poder desprendido de su puño se ha dirigido con gran velocidad hacia su oponente, pero en el último instante su brazo se ha inmovilizado. ¡Sorpresa! El cuerpo de Violate ha perdido el control y ahora es ella la que se encuentra paralizada. Debajo de ella, la enorme sombra del rinoceronte se ha transformado en la de un León y su ensangrentado oponente ha levantado su brazo derecho, ahora libre. Regulus ha podido revertir el sello de sombras a su favor y ahora es él quien tiene la ventaja sobre ella. Es el poder innato de ese joven prodigio quien al final de cuentas y como se lo había dicho: ¡La superó!

Sonriente, Regulus le ha comentado que al parecer la situación se ha invertido… ante una incrédula y atónita Violate quien no entiende qué es lo que ha pasado. Eso va más allá del sentido del combate, la evolución de ese mocoso es innata... ¡Por fin, el momento del contraataque ha llegado y Leo ha golpeado a Violate con todas sus fuerzas!

Personajes[]

Técnicas[]

Lugares[]

Fuente[]

Blog de Saint Seiya: The Lost Canvas 120

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