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"Ahora, como uno solo" (今、一つに, Ima, hitotsu ni) es el capítulo número 124 de The Lost Canvas, ubicado en el Volumen 15 de la obra, puesto a la venta el 7 de agosto de 2009.

Sinopsis[]

Los caballeros de bronce protegen el Barco de la Esperanza arriesgando sus vidas con gran valor pero el poder de Aicos es demasiado para ellos y no logran contenerlo. En el último momento llegan Sisyphus y Tenma dándole un giro distinto al conflicto.

¡Llegan los refuerzos! ¡El momento de la batalla crucial! ¡Las vidas que ilumina el barco de la esperanza!

Sisyphus ha llegado a la escena del combate y ha logrado detener al Garuda Ship momentáneamente cuando este estaba a punto de embestir al barco de la esperanza. Mirando a Junkers de costado, le ha dado ánimos diciéndole que no estaba equivocado en lo que decía, tener algo común que proteger arriesgando la vida, haciendo que sus corazones se vuelvan uno solo: ¡eso es un lazo! Sagitario se ha quedado plantado frente al barco negro y le impide avanzar produciendo una onda invisible con su arco levantado, pero como sabe que no podrá detenerlo eternamente, les ha encargado a Junkers y a Tenma que vayan al interior del barco con el Oricalcum para ponerlo en marcha. Siguiendo la voluntad del santo dorado, ambos caballeros se han puesto de acuerdo y han penetrado en el barco, bajado las escaleras y ahora, en un nivel inferior se encuentran corriendo a toda velocidad. Pegaso, ingenuamente, le ha preguntado a su compañero si él sabe adónde es que tienen que ir y que es lo que deben de hacer… Con poco humor, este le ha respondido que es un idiota que ni siquiera sabe para qué sirve el Oricalcum que trae con él… que lo que deben de hacer es llevarlo hasta el núcleo para implantarlo y de esta manera activar el barco. El único inconveniente es que los alrededores del núcleo son peligrosos y nadie ha podido aproximarse allí… Mientras siguen avanzando, Junkers ha aprovechado para contarle la historia del barco y como su madera proviene de un árbol sagrado que creció en Monte Olimpo y por eso este posee el poder de manipularse a sí mismo para poner a prueba a sus ocupantes, la fortaleza de sus voluntades y sus lazos para ver si lo que están haciendo es lo correcto.

Más adelante, un grito de angustia los ha distraído y se han encontrado con Yato atascado en una de las paredes internas. Al parecer, este intentó entrar desde el exterior pero los muros sintieron al intruso y se contrajeron hasta dejarlo atrapado con tan sólo medio cuerpo adentro. Ambos caballeros están teniendo dificultad para “rescatar” al pobre Yato y han sido unos grandes y fuertes brazos quienes han apartado las gruesas maderas liberándolo. Douglas del Oso ha llegado para ayudarlos y pocos segundos después, Bleriot del León Menor y Curtis de la Hydra los han alcanzado. Como lo habían acordado con anterioridad, ellos no los dejarán solos, Junkers no tiene por que correr con todo y por eso: ¡le demostrarán la profundidad de sus lazos al barco!

Este acto de amistad le ha llegado hasta el corazón a Junkers, pero haciéndose el desentendido, les ha gritado a todos que se dejen de tonterías y que se den prisa. Los seis caballeros de bronce han continuado por un estrecho pasaje pero como lo habían previsto, el barco los ha puesto a prueba y ha activado sus mecanismos de defensa. Los muros han cobrado vida y han tomado la forma de raíces que han comenzado a contraerse achicando el espacio. Pero Douglas ha estirado sus enormes brazos y ha detenido el avance de las paredes dejando el camino despejado para que sus compañeros avancen. Junkers le ha gritado al “estúpido” y le ha preguntado qué es lo que cree que está haciendo. Y este le ha contestado tranquilamente que él cuidará sus espaldas deteniendo esas “ramitas” manteniendo el pasaje despejado para que ellos continúen con la misión encomendada. Con un gesto de gratitud, Lobo y compañía se han abierto camino entre el estrecho túnel y tras esquivar las gruesas raíces han logrado escapar de allí. El pobre Douglas ha quedado atrapado pero no se ha quejado por su suerte, él que siempre fue influenciado por el entusiasmo que Junkers emanaba, ahora que es su final, se alegra y piensa que ¡fue divertido el haber protegido las mismas cosas con alguien y hacer arder sus corazones juntos…! Finalmente, las paredes se han contraído por completo aplastando al valiente guerrero…

En la siguiente habitación, ramas y espinas les han bloqueado el paso sin dejarles siquiera un pequeño espacio para pasar. Dando un paso hacia adelante, Tenma les ha dicho que con sus meteoros podrá hacerse cargo de esas espinas pero Junkers lo ha detenido increpándole que sus poderes no están siendo puestos a prueba sino, sus lazos. Sin más remedio, Tenma ha dejado caer los brazos, incómodo y ligeramente sonrojado. Por su lado, Curtis ha tomado la iniciativa avanzando entre las gruesas espinas, abriendo un camino pero desgarrando su cuerpo en el proceso. Haciendo oídos sordos de los gritos de sus compañeros, ha continuado avanzando, rompiendo las espinas, dañándose y dejando un charco de sangre con cada paso. Sus amigos lo han seguido, callados, valorando su sacrificio, pero es Yato el que se ha expresado al no entender cómo es que se puede estar haciendo tanto daño, que por qué lo hace, por qué dejar que su cuerpo se maltrate hasta ese punto… El cosmos del Oso ha desaparecido y ahora… Sus acaloradas quejas han tenido un sabor a súplica que han sido acalladas por Tenma. Dos pasos más adelante, el buen Curtis, lleno de sangre y heridas, le ha respondido sonriente que aunque sea, de esa manera se puede sentirse útil a diferencia de hace unos momentos. Aunque su cuerpo se termine de desgarrar, él los acercará a su objetivo… porque ya puede sentir el momento en el que sus corazones se volverán uno sólo… Todos los demás han agachado la cabeza, llenos de tristeza por el castigo y el dolor de Hydra, sufriendo ellos mismos la agonía como si cada espina perforando su cuerpo les llegará a ellos también. Finalmente han logrado atravesar todas las ramificaciones llenas de grandes y filudas espinas para llegar al centro del barco donde el núcleo lo está esperando para ser activado. El poder concentrado en esa estancia es bastante grande y ahora sólo les queda colocar el Oricalcum en el interior. Junkers ha sujetado al tambaleante Curtis y le ha agradecido por ese gran trabajo al arriesgar su vida, pero este ha perdido el conocimiento tras darle las gracias a su amigo por el apoyo, habiéndoles servido y conduciéndolos sanos y salvos hasta allí.

El núcleo en verdad despide una energía abrumadora y Tenma es consciente que si alguien introduce el Oricalcum con el poder de Poseidón allí, probablemente será aniquilado al no poder soportar la energía emitida. Y cuando se disponía de todas maneras a intentarlo, Junkers le ha pedido que le confíe el Oricalcum, sabiendo lo que le ocurrirá al que intente colocarlo en el barco. A pesar de las negativas de Pegaso, Junkers no aceptará un no como respuesta, todos ellos han arriesgando sus vidas por ese día y él ha sido fiel testigo de todo, y esa también es una parte de su trabajo. Decidido, ha tomado el objeto sagrado de las manos de un indeciso Tenma y ha avanzado sin temor hacia el núcleo. Ese es su momento, se siente orgulloso por los sentimientos de sus camaradas: ¡de sus lazos! Ya no le quedan dudas, ese es su último deseo, cumplir con todos ellos y cumplir con su misión. Estirando su brazo ha depositado el Oricalcum dentro del núcleo pero el poder lo ha sumergido y no es capaz de aguantarlo, su armadura ya dañada se ha roto por completo y su cuerpo se encuentra a punto de ceder. Justo en ese momento, Bleriot ha llegado a su lado, ayudándolo a soportar la carga, ambos amigos luchan con todo su ser para activar el barco y para su más grande sorpresa, las almas de Douglas y Curtis se les han unido. Un gran destello ha cubierto el lugar y los cuatro amigos han desaparecido…

Personajes[]

Lugares[]

  • Himalaya

Objetos[]

Fuente[]

Blog de Saint Seiya: The Lost Canvas 124

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