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"Advenimiento" (降臨, Kōrin) es el capítulo número 42 de The Lost Canvas, ubicado en el Volumen 5 de la obra, puesto a la venta 7 de septiembre de 2007.

Sinopsis[]

Templo del Patriarca

El Patriarca se encuentra sentado en su trono cuando un caballero irrumpe en el gran y largo salón. Acercándose lentamente, el recién llegado observa al anciano maestro y líder del ejército de Athena respetuosamente, llegando cerca de él se detiene, con su casco sujeto por uno de sus enormes brazos. Aldebarán de Tauro se presenta, le dice que es su noble servidor y que ha venido a presentarle su reporte. El Papa lo observa sorprendido al notar las terribles quemaduras en su cuerpo, sus manos están llenas de cicatrices al igual que su cara que tiene una gran cicatriz vertical que atraviesa su ojo derecho, que ahora, blanco, ya no volverá a utilizarlo; le pregunta que cómo un hombre como él pudo recibir semejantes heridas. Aldebarán se inclina y pone una rodilla en el piso para dirigirse al Papa; le comenta que la barrera protectora de Athena ha comenzado a debilitarse cada vez más y según el mensajero de Jamir, Atla, una parte de los espectros lograron volver a la vida. Todos los espectros derrotados han sido regresados al interior del campo de energía por él, para evitar nuevos ataques. El Patriarca asiente dándole su aprobación. Una parte de la enorme cortina al final del salón, que cubre el camino que lleva al templo de Athena se abre y un caballero dorado sale por ella, Aldebarán levanta la cabeza y lo mira sorprendido.

Sus grandes alas doradas se mueven al compás de su caminar, Sisyphus de Sagitario le pregunta al gran toro dorado si existen otros espectros tan poderosos como aquel que le hizo esas heridas. Aldebarán que no sabía que Sisyphus se encontraba ahí, se sorprende un poco, luego, volviendo en sí, les explica que el espectro Kagaho de Benu de la estrella celeste de la crueldad contra el que peleó, aunque sea inestable y no haya llegado a su máximo desarrollo, es muy poderoso, su verdadero poder podría igualarse al de los tres Jueces. Sagitario se sorprende ante tales palabras, pensado que cómo puede haber otro rival con semejantes poderes. Aldebarán de Tauro lo interrumpe y le pregunta cómo se encuentra Athena en esos momentos. La mirada de Sisyphus se entristece y se toma unos segundos antes de responder, le cuenta que aun se encuentra en pie y está resistiendo como puede, pero la situación no es nada optimista, que al contrario es bastante delicada; Athena lleva tres días manteniendo la gigantesca cúpula de energía – que disminuye de tamaño con cada hora que pasa – para impedir que los espectros muertos regresen a la vida y tanto ella como su campo de energía se están debilitando. Ella mantiene el campo con su cosmos al máximo durante el día y la noche sin descansar y eso no le resulta fácil, y no tardará en llegar a sus límites físicos y mentales. Athena se encuentra bajo una terrible presión con la finalidad de disminuir el caos y es necesario liberarla rápidamente de esa situación.

Templo de Athena, frente a la gran estatua

Atla, el mensajero de Jamir está sentado, apoyado en una columna, triste y preocupado por Athena, mientras que esta, frente a la gran estatua de la diosa, se mantiene en pie, expandiendo todo su cosmos a pesar de la fatiga.

Camino de las doce casas

Ambos guerreros abandonan el gran salón del Patriarca y comienza a descender por los escalones que llevan a las doce casas. La oscuridad de la noche cubre todo el Santuario, los dos compañeros bajan sin prisa, preocupados. Pensando en una solución que les permita ayudar. Sagitario comenta en voz alta que Albafica está muerto y no saben si Asmita regresará, además le dice a al gran toro, que él se encuentra seriamente lastimado. Aldebarán se hace el desentendido y le responde que no diga tonterías, que él se encuentra en perfecto estado. Sisyphus voltea y le da un leve golpe en el pecho con la palma abierta que hace estremecerse de pies a cabeza al gigante, que lleno de dolor se arrodilla por una par de segundos antes de seguir caminando. Su amigo se ríe y le dice que no lo puede engañar, y que debería tener más cuidado con su cuerpo; que a pesar de encontrarse a mitad de la guerra santa, cada caballero que los deja, entristece un poco más a Athena. Aldebarán que termina de sobarse el pecho, le comenta que seguramente tiene razón, que no existe nadie mejor que él para entender su forma de pensar, que después de todo, la ha protegido desde el comienzo. Sisyphus le dice que es verdad, que su misión era encontrar a Athena, quién había nacido en Italia y traerla de vuelta al Santuario, pero desde que se encontraron con su hermano mayor Alone, quién se convirtió en Hades, se ha estado preguntando si hizo lo correcto. Sagitario se aleja unos pasos, triste, le comenta a su amigo que le aflige ver a Athena callar sus sentimientos y hacer trizas su corazón mientras lidera el combate de todo su ejército; y que también se enteró de su misma boca, que Alone y Tenma eran amigos de infancia, en ese entonces, dos jóvenes puros e inocentes… De repente, un gran cosmos se deja sentir y un gigantesco rayo ilumina el cielo cayendo directamente sobre el reloj de fuego.

Aldebarán y Sisyphus se miran sorprendidos, este último le pregunta si logró sentirlo. El caballero de Tauro asiente ocultando su temor, le responde que ha sido una energía tremenda, un cosmos venido del mismo infierno, que refleja la misma oscuridad. Las estrellas abandonan el firmamento, dando paso a una oscuridad total; algunos rayos se dejan ver a lo lejos mientras que del cielo la figura de un hombre comienza a descender.

Templo de Athena

El rostro de Sasha refleja el terror que siente en esos momentos, sus ojos están grandes abiertos y se deja caer arrodillada sujetando fuertemente su báculo sagrado, mientras observa con horror hacia el cielo. El campo de fuerza representado por una enorme cúpula de energía comienza a romperse, el individuo que ha bajado del cielo ha puesto su mano encima del campo y con su cosmos la ha traspasado. Se produce una tremenda explosión y el campo es destruido por completo, los fragmentos caen al suelo como fragmentos de una luna rota y se desvanecen en el aire. La fuerza del impacto hace que Sasha se sacuda, derrotada ve como el campo de energía ha caído.

Reloj de Fuego

Alone ha descendido del cielo y se ha posado sobre el reloj de fuego, a lo lejos ve la enorme estatua de Athena y sabe que Sasha se encuentra allá; mirando hacía esa dirección, le dice que ha pasado mucho tiempo ya. Athena acompañada por el joven Atla lo mira atónita y le dice: ¡Hermano! Alone sonríe fríamente y le dice que se equivoca, que él es Hades, el señor y rey de los infiernos.

Personajes[]

Fuente[]

Blog de Saint Seiya: The Lost Canvas 42

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