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"Un propósito" (一念, Ichinen) es el capítulo número 69 de The Lost Canvas, ubicado en el Volumen 8 de la obra, puesto a la venta el 8 de abril de 2008.

Sinopsis[]

La armadura de Cáncer se ha situado detrás del maestro, armada y sin dueño. Este no puede creerlo, levanta los brazos hacia el cielo, grita desesperado y con todas sus fuerzas, el nombre de su discípulo caído: ¡¡Manigoldo!! Thanatos lo mira satisfecho y le dice que hasta que finalmente desapareció esa arrogante basura. Su insulto ha sido dicho con el fin de herir más al viejo maestro. A pesar de no tener un cuerpo donde estar, su alma divina sigue allí adoptando la forma que tenía antes, su poder no ha disminuido y nuevamente se siente en control de la situación. Ese viejo no podrá nada más contra él y e intenta provocarlo diciéndole que ese humano (Manigoldo) fue un idiota… que no le preocupa en absoluto perder un insignificante cuerpo temporal y que ¡su muerte ha sido en vano!

El Patriarca Sage le responde con seriedad y tristeza que su muerte de ninguna manera ha sido en vano porque en esos momentos su fastidiosa alma ha quedado vulnerable…frente a él. El dios lo mira con burla y seguridad, ante sus ojos la batalla ya ha sido ganada y le dice al ´´anciano´´ que al parecer, aun no lo ha comprendido, él puede cambiar de cuerpo cuantas veces lo desee, por ejemplo… ¡¡al que está frente a sus ojos!! La imponente alma del dios de la muerte se ha desplazado en menos de un segundo hasta colocarse detrás del Patriarca, para luego desaparecer. Su objetivo: apoderarse del cuerpo de su enemigo para controlarlo desde el interior. El maestro no lo ha podido evitar, una gran estrella ha aparecido en su frente y las líneas de su rostro se han pronunciado de una manera grotesca, signos de la posesión. La sombra de Thanatos aparece por un segundo a su costado y le comenta que como lo puede ver, ya tiene un nuevo cuerpo. El maestro grita con todas sus fuerzas por el dolor y la impotencia producidas, detrás de él, la sombra reflejada de su cuerpo ya no es suya, es la sombra de un dios, prueba que ese cuerpo ya no le pertenece del todo. La voz de Thanatos se deja escuchar sin problemas por el todo el lugar y le comenta al ´´anciano´´ que estando en el cuerpo del patriarca le será muy fácil ingresar al Santuario y podrá tomar la cabeza de Athena sin mucho esfuerzo. Las fuerzas del maestro Sage se han debilitado y cae de rodillas, pero algo extraño está sucediendo, el control ejercido por el dios también ha disminuido, es como si poco a poco estuviera perdiendo el control del cuerpo que tan sólo hace unos momentos poseyó.El Patriarca se ha puesto de pie con dificultad y le pregunta complacido al dios si le sucede algo, porque parece ser que su cuerpo no le será de utilidad. La voz de Thanatos vuelve a resonar desde el interior de Sage e incrédulo se encuentra luchando contra una fuerza que no logra controlar, nervioso comenta que no puede ser… que ahora le resulta imposible controlar ese cuerpo. El final se acerca, la estrategia final ha sido puesta en marcha y Thanatos ha caído en la trampa. El maestro le informa con un tono que va creciendo en fuerza, que ya se lo había dicho, que él, el Patriarca, ¡¡puede anticipar los movimientos de los dioses!! Desasiéndose de la parte de la túnica que le cubría el pecho, se puede observar una especie de espejo circular en el cual una parte del rostro del dios se encuentra aparentemente atrapado. Este lo mira aterrado y le pregunta qué es eso que tiene allí a lo que el maestro le responde que esa es la armadura del Altar de su hermano Hakurei y que por fin ha llegado el momento que tanto había esperado. Su hermano y él continuaron durante toso ese tiempo fortaleciendo esa armadura por más de doscientos años ¡y ahora él llegó como un ave directamente hasta su jaula! Aparentemente gracias a la armadura que lleva puesta, el alma del dios ha sido encerrada, ha perdido su movilidad y es incapaz de manipular el cuerpo que acaba de poseer, es el secreto de la armadura de plata del altar, protegida, esperando paciente ese momento por más de dos siglos.

La voz de Thanatos resurge con ira, diciéndole al ´´anciano´´ que si pretende engañar a un dios como él… ¡entonces se lo hará pagar…! ¡Hará pedazos su alma desde el interior! El hombro del Patriarca ha volado en pedazos, una sorprendente cantidad de sangra ha salido disparada hacia el cielo como si se tratase de una pequeña ola. El dolor es terrible, se toma lo que le queda del hombro para tratar de contener la hemorragia, su rostro se deforma por el sufrimiento pero no ha emitido grito ni sonido alguno, sólo tiene que resistir un poco más… La voz del dios le dice que es un pobre ingenuo, que el cosmos de dos viejos nada podrá hacer contra todo su poder. A pesar de la circunstancia en la que se encuentra, el anciano maestro logra sonreír y comenta que no sólo son sus cosmos lo que protegen la armadura… porque de detrás de ellos se encuentran sus jóvenes camaradas, ¡quienes serán parte de la siguiente generación…! Y por esa razón… él… ¡¡ofrecerá su vida por ellos!! Con un gesto calculado ha sacado una caja a la altura de su pecho desde dentro de la armadura del altar. La voz de Thanatos parece perturbada, ha visto como el viejo ha sacado el objeto y se pregunta que podrá ser eso. El Patriarca sostiene la pequeña caja y le informa que esa es la urna sagrada, un regalo que recibió de la diosa Athena hace más de doscientos años y si lo logra sellar allí, sin importar que habilidades posea, no podrá salir en cientos de años. El dios de la muerte se encuentra fuera de sí. Aún atrapado dentro de la armadura del altar, maldice al viejo y decide matarlo para que no pueda llevar a cabo su plan. El ataque es sumamente sangriento, desde el interior del cuerpo de Patriarca comienzan a formarse pequeñas heridas que explotan como si alguien la hubiera forzado desde el interior, la sangre sale por todas las direcciones y su cuerpo maltrecho está a punto de sucumbir.

El cosmos de Thanatos ha resurgido y valiéndose de todo su poder comienza a liberarse de su prisión mientras que con unos ojos de venganza le dice al humano que no lo perdonará por atreverse a ridiculizar a un dios, a él, ¡¡el dios de la muerte!! ¡Al que ningún humano puede derrotar! El Patriarca cae al piso arrodillado, la sangre brota por todo su cuerpo pero ya no siente dolor, deposita la urna sagrada en el piso y sonriendo le contesta al dios que ha llegado su hora y a pesar de eso, ¿no se cansa de bromear? Sin duda, el cuerpo de un humano no puede contener el poder total de un dios… pero su plan no fue perfecto… Manigoldo tuvo que sacrificarse para poder llegar hasta allí… El dios le grita con todas sus fuerzas que se detenga, su rostro se llena de temor y de angustia, no puede ser derrotado por un humano… no… le insiste a gritos que se detenga una vez más pero todo es inútil. El maestro lleva su mano hacia la urna sagrada y la comienza a abrir lentamente, un terrible resplandor sale de ella inundando el lugar y la explosión surge después. El poder es brutal, el alma del dios que había logrado liberarse casi por completo de la armadura del altar ha sido absorbida y sellada dentro de la urna sagrada de Athena. El maestro ha recibido todo el castigo, ha sostenido la urna, soportando el alma del dios mientras esta ingresaba para ser sellada y aprisionada. Ya no queda nada más, ¡al final ha sido un Jaque Mate! Sus heridas son tremendas y sabe que su hora ha llegado, la armadura de Cáncer se mantiene junto a él y la híper dimensión ha comenzado a sellarse, el cielo y la tierra reaparecen, el cosmos del dios de la muerte ha desaparecido por completo. Arrodillado frente a la urna le pide a su discípulo que por favor le permita morir y reunirse con él en el más allá. Los recuerdos desfilan por su mente en un abrir y cerrar de ojos: su primer encuentro con Manigoldo, su llegada al templo de los dioses gemelos; maestro y discípulo luchando juntos por el mismo ideal; la valentía de Manigoldo, su ataque al dios y su sacrificio final; la victoria… Mirando hacia el cielo con una mirada vacía, les pide suplicante y agradecido tanto a su hermano mayor como a Athena que por favor se hagan cargo del resto… En el cielo la terrible explosión ha resonado por todos lados y el templo divino de Thanatos e Hypnos ha desaparecido.

Personajes[]

Fuente[]

Blog de Saint Seiya: The Lost Canvas 69

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